martes, 3 de noviembre de 2009

ADIOS A DON FRANCISCO AYALA

Se dice que cuando muere una persona mayor, se quema una biblioteca. En el caso de Don Francisco Ayala estamos en el caso en que la biblioteca no se quemará por completo, permanecerán para siempre sus libros, y sobre todo un poco de su personalidad en cada uno de nosotros. El nos ha dejado a sus 103 años; el último de los republicanos de la generación del veintisiete, tras una larga y fructífera vida personal y cultural, llegando a convertirse en todo un referente moral para la cultura lationamericana.

Su biografía es una radiografía de la historia de España: licenciado en derecho en Madrid, continúa sus estudios en Alemania, convirtiéndose en Catedrático de Sociología de la Universidad Complutense en 1932, cargo que tuvo que abandonar al estallar la Guerra Civil, comenzando una vida de exilio que le llevó por medio mundo: Argentina, Brasil, Nueva York. En Buenos Aires continuó su carrera en la universidad como docente, actividad que abandonó en 1977. A partir de los años sesenta, va volviendo poco a poco a España, hasta fijar su residencia nuevamente en Madrid. Pero como el mismo dijo "La patria del escritor es su lengua".

El de Ayala es el perfil extraordinario de una persona que fue capaz de mirar a la gran literatura del siglo XIX en sus dos primeras novelas, que tuvo el acierto de ejercer también de narrador vanguardista y culminó su carrera literaria con dos grandes novelas como "Muertes de Perro", '"En el fondo del vaso" o la fantástica "El jardín de las delicias" que es un libro de recuerdos y vivencias en el que Francisco Ayala, como en el cuadro homónimo de El Bosco, aborda la dicotomía entre el amor y el dolor, la ternura y la crueldad, la vida y la muerte.

Títulos como "La cabeza del cordero" o "La invención del Quijote" donde en lugar de una novela seria Ayala describe al Quijote como mera anécdota de Cervantes, una crítica irónica a los caballeros andantes que nunca existieron y sin embargo volvieron loco a don Quijote, al tratar de leerlo surge la sensación de que estás en frente de una novela de caballería, ocupan ya un lugar de honor en la historia de la literatura. Un lugar en el que sus memorias, Recuerdos y olvidos, tienen su propio espacio dentro del género autobiográfico.

Quisiera recordar unas palabras, una reflexión que hizo en una entrevista hace unos años y hablaba así sobre los libros; "el libro es el único objeto en el mundo que cuando se usa se renueva. Cada vez que alguien, en algún rincón del mundo, abre las páginas de una novela cualquiera, eso personajes vuelven de nuevo a la vida. A una vida que siempre es diferente y distinta con cada lectura porque, cada uno de nosotros es lector único, diferente y distinto. Cada lector, encuentra y descubre asuntos muy diferentes en las mismas historias, aspectos desconocidos, desapercibidos hasta para el mismo que lo escribió".

“Soy un cómico que lleva años esperando a que se baje el telón, pero no termina de bajarse". Ese metafórico telón del que hablaba el escritor granadino, ha bajado esta misma mañana en Madrid pasadas las 12. Después de haber sido un poco enterrado por el exilio, por su ideología de izquierdas , Ayala fue reapareciendo poco a poco en la vida literaria de España, estoy cansado de mi nombre", llegó a decir, sin saber que su nombre nunca nos cansará a sus lectores por muchos años que pasen.