miércoles, 24 de febrero de 2010

LIBERTAD

A lo largo del recorrido de la historia del ser humano se ha hablado; debatido; especulado mucho acerca de la libertad del hombre sin que nadie hubiese podido hasta nuestros días llegar a un fin claro sobre la misma.

Así mismo la libertad es considerada por los teólogos “un tesoro divino”; por los científicos como “algo inexistente” ya que no puede ser explicado por ninguna de las leyes de la naturaleza; por los filósofos como una “meta a conseguir” y por el resto “algo que puede ser que exista como puede ser que no”. Con esto lo único que tenemos claro es que hay una gran variedad de teorías para explicar tan solo dos cuestiones: ¿Qué es la libertad humana? y ¿Existe la verdadera libertad?, preguntas que por muchos que se afanen en responder en libros y artículos periodísticos jamás serán contestadas con el acierto oportuno.

Podemos hacernos algunas preguntas como,¿En qué terreno moral se hunden las raíces de las personas que no ha tenido una existencia fácil, que su vida ha transcurrido al margen del éxito personal y profesional; pero que han sido capaces de insuflar vida a su maltrecho destino, apartados de la sociedad desde que nacieron en asentamientos marginales, en cárceles o atrapados en el mundo infame de la droga; ¿Qué principios, pese a tener como compañero inseparable a lo largo de su existencia al infortunio, pueden tener estas personas, para que desde una óptica opaca por la sentencia del resto, estén dispuestos a defender a capa y espada su derecho a la heredada inocencia con la que nacemos?, y ¿qué umbrales están dispuestos a traspasar para preservar aquello que el ser humano tiene por lo más valioso?.

Me quiero hacer eco de lo que don Quijote le dice a Sancho y que miles de veces se ha repetido: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar cubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”. Es ésta una de las frases más explicitas y más elocuentes que jamás se han escrito sobre la libertad, valor que debe anteponerse a la propia vida. Quizá, porque sin libertad no cabe una vida humana auténtica y plena.

No seamos jueces, ni justicieros de aquellos que más que un juicio incierto necesitan de la compasión y el apoyo de todos, no seamos verdugos del prójimo o inquisidores de almas inocentes; solo ese día en el que la libertad prevalezca ante todo lo demás, se podrá entender la filosofía de una vida marcada por la inocencia con la que se nace y se debe morir.

Quisiera terminar con una frase que Don Quijote refiere a su fiel amigo Sancho, refiriéndose ésta a las sensaciones que experimenta el cautivo al conseguir la libertad, - “Gracias sean dadas a Dios - dijo el cautivo - por tantas mercedes como le hizo; porque no hay en la tierra, conforme mi parecer, contento que se iguale a alcanzar la libertad perdida”.

martes, 16 de febrero de 2010

MIERCOLES DE CENIZA - CUARESMA -

De pequeño solía jugar en el patio de la Parroquia, entre los viejos macetones cubiertos por el intenso verdor de la hierba que agobiaba a los geranios, el empedrado del suelo en el que solía imaginar multitud de figuras que servían en un misterioso entretenimiento de canicas, y en sus viejos salones de los que se desprendía el olor a humedad y a libros de primera comunión. El cantineo de un pájaro que no conocía, daba la nota musical a esas tardes bañadas por millones de rayos de sol, que a duras penas conseguían franquear los altos y amarillentos muros desconchados. Para mi eran tardes de inocentes juegos en un lugar lleno de misterio, al amparo de la vieja y dañada torre campanario, que tantas veces me gustaba dibujar en mi cuaderno mientras estaba en clase, o repasar en mi mente justo antes de quedar dormido.

Una de esas tardes, en las que el invierno deja entrever la llegada de la cercana primavera, ese tipo de tardes en las que las luz del sol tiene otro color, se presumía diferente, esa tarde iba a ser mágica para mi. José, el “Sacristán” me pidió que le ayudase a quemar ramas de olivo, para mi fue fascinante, que mas podía pedir un crío, ramas secas, cerillas, en definitiva fuego, razón por la cual me entraron unas ganas de hacer "pipí" inaguantables. Pregunte a José, para que quemábamos las ramas de olivo y a igual que siempre, predispuesto a dar una lección al instante, me explico que esas eran las ramas bendecidas de Domingo de Ramos, que hoy se quemaban para que las cenizas que queden después de la quema sean utilizadas en la misa, de esta forma Pepe el Cura hará una cruz con ellas en la frente de los hombres y mujeres, mientras repite "Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás, simbolizando que estamos de paso Pepe. Yo quede fascinado, era algo sorprendente y mágico.

Han pasado muchos años desde entonces, y aquella tarde aun la recuerdo como una película grabada en mi mente fotograma a fotograma, puede que haya olvidado algo o quizás inventado, pero no se aleja mucho de la realidad de aquel momento, han pasado muchos años y el rito se sigue haciendo igual, aunque José ya no quema las ramas, el Párroco es otro, y yo, ya no juego en el patio de la Parroquia, que ha cambiado tanto que no inspira los sueños infantiles de antaño. Ha pasado tanto tiempo que mi piel se ha vuelto más dura, mi corazón más recio, mi mente más abierta y mis pelos ya blanquean sin remedio.

Mañana al igual que desde aquella tarde hago cada año, cumpliré con el rito de asistir a la misa, me impondrán en la frente la ceniza y una vez mas intentare resurgir de mis propias cenizas para ser mejor persona, olvidar lo peor del pasado y vivir un mejor presente. Esta cuaresma quiero hacerme algunas preguntas como ¿qué sucede en nuestra sociedad? ¿y en nuestra Iglesia? ¿qué nos sucede a nosotros mismos? ¿por qué tenemos miedo a quien es diferente, a quien no tiene nuestro mismo color de piel, ni nuestros rasgos; a quien habla una lengua distinta, tiene costumbres, modos y hábitos diferentes; no comparte nuestra religión ni nuestra cultura; procede de lejanos países que no conocemos y se muestra diverso en su forma de organización social y familiar? Los inmigrantes, ¿tan distintos son? ¿tan diferentes los sentimos?.

La Cuaresma nos invita a mirar a nuestro alrededor y a sintonizar con las necesidades de quienes nos rodean, necesidades materiales ciertamente, pero también esas otras más profundas que nos llaman a ser generosos con nuestro afecto y nuestro tiempo. Benedicto XVI propugna este año, en su anual mensaje cuaresmal, una reflexión sobre la justicia. Al fin y al cabo, la justicia clama al cielo en estos tiempos de fuerte y larga crisis económica y social. -El anuncio cristiano –dice el Papa- responde positivamente a la sed de justicia del hombre. El cristiano se ve impulsado a contribuir a la formación de sociedades justas, donde todos reciban lo necesario para vivir según su propia dignidad de hombres y donde la justicia sea vivificada por el amor.

viernes, 5 de febrero de 2010

UN DISCURSO MORAL Y EJEMPLAR

A lo largo de la historia, multitud de personas se han encargado de dejar por escrito pensamientos, reflexiones y sobre todo comportamientos en la vida ejemplares y ejemplarizantes. Gracias a la escritura, muchas de ellas han llegado a nuestros días, y podemos adaptarlas a momentos puntuales de la sociedad en la que vivimos.

Este es el caso del discurso que el Presidente del Gobierno pronuncio en el Desayuno de Oración en Washington, era la ocasión perfecta para defender el derecho individual a la autonomía moral y a crear su entorno familiar, era la ocasión ideal para que el mundo se entere que no podemos dejar de velar por la buena integración de esos inmigrantes que van a trabajar y convivir en otros países, al tiempo que pidió que se recuerde a aquellos a los que no se les puede acoger y pasan hambre y miseria en tantos lugares de la Tierra, como las personas que viven en Haití" y han sufrido el terremoto del pasado 12 de enero.

Considero que tanto España como Estados Unidos deben mucho a quienes han venido de fuera. No podemos entender a estos paises sin ellos, sin los que, a lo largo del tiempo, han llegado a nuestra tierra y conviviendo en ella, se han convertido en nuestros compañeros de trabajo, amigos y vecinos para crear una sociedad multicultural.

Por ello, creo que hay que rechazar firmemente las afirmaciones excluyentes de superioridad moral, el absolutismo o el fundamentalismo intransigente, hoy tenemos que defender la tolerancia religiosa y el respeto a la diferencia; España ya fue en el pasado ejemplo de convivencia entre las tres religiones del Libro,
Judaísmo, Cristianismo e Islam, y hoy defiende en el mundo la tolerancia religiosa y el respeto a la diferencia; el diálogo, la convivencia de las culturas, la Alianza de las Civilizaciones, porque esta será la única forma de mantener un mundo unido y en paz, tanto moral como espiritual.

Volviendo al discurso, citare el pasaje de la Biblia al que el Presidente hizo alusión, en concreto del capítulo 24 del Deuteronomio: “No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de tu país. Págale su jornal ese mismo día, antes que se ponga el sol, porque está necesitado, y su vida depende de su jornal”. Con este párrafo se subraya el valor que aportan los inmigrantes que van a trabajar a un país que no es el suyo y los trabajadores en general, y el digno tratamiento que merecen.

Para terminar, el Presidente culmina su discurso como a mi me gusta comenzar o terminar mis artículos, utilizando las palabras de Don Quijote, el insigne caballero Manchego, "Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos".

Ya sea con una dimensión trascendente o cívica, la libertad es siempre el fundamento de la esperanza, de la esperanza en el futuro.