miércoles, 1 de junio de 2011

LOS NIÑOS DE SAN JUDAS




Hace un par de días, el lunes pasado, vi la película "los niños de San Judas" en TV2, de la directora irlandesa Aislin Walsh, basado en la novela autobiográfica del mismo título de Patrick Galvin. La historia discurre en 1939 en un severo internado católico irlandés, donde uno de sus profesores recién contratado, que acaba de regresar de la Guerra de España como combatiente contra el fascismo, tiene que enfrentarse a la metodología violenta con la que los curas tratan a los alumnos. En la película se dan escenas muy explícitas y sumamente duras tanto de esa violencia como del abuso sexual a que es sometido algún interno.

Aun hoy recuerdo la indignació que provocó en mi la inocencia y el desamparo de esos pequeños ante la ira y desmesura de aquellos energúmenos que actuaban en nombre de Dios, por fortuna los hechos de los que había sido testigo como espectador habían ocurrido hace casi setenta años. Que hoy eso, en nuestro país o en cualquiera de los de nuestro entorno, sería muy excepcional y de inmediato condenable, pues para ello existen las leyes, convenciones y organismos encargados de proteger los derechos de los menores.

Me acordé de la noticia que saltó a los medios de comunicación hace unos meses en el mismo país donde discurre la película. La noticia decía que que miles de menores fueron objeto de abusos sexuales y torturas físicas y psíquicas en Irlanda, en instituciones estatales regentadas por religiosos, durante casi 70 años. Es lo que afirma un informe elaborado por una comisión gubernamental, que además califica de endémica esa situación.

Quiero traer este comentario a mi blog, como signo de repulsa e ira hacia esa ínfima minoría que desde el comienzo del catolicismo, pasando por el presente y en el futuro, han utilizado, utilizan y utilizarán el nombre de Dios para hacer daño moral, espiritual y físico a quienes por su inocencia o falta de entendimiento fueron y serán victimas de semejante calaña.