jueves, 17 de diciembre de 2009

MALAS PERSONAS

Seguro que alguna vez, en algún momento de tu vida te has encontrado con malas personas, con este tipo de gente que por sus actos y acciones no sabemos si quieren a alguien o mejor dicho se quieren a si mismo. Por desgracia hay muchos por el mundo, a veces nos toca convivir con ellos de forma muy cercana, nos los encontramos en el trabajo, en la calle paseando, en lugares de ocio que frecuentamos normalmente, entre aquellos que consideramos nuestros amigos o familiares, están en todas partes, pertencen a multitud de colectivos, pero claro esta, es tan variado y conseguido el dizfraz con los que nos los podemos encontrar, que a veces son difíciles de detectar.

Se muestran con caritas de santos y hombres buenos, muchos de ellos son los más cristianos y se golpean el pecho en señal de auto culpa compulsiva, tienen las rodillas peladas de reclinarse ante el santísimo y la voz parece que les sale del mismo culo - con perdón- cuando se dirigen a las personas buenas que les rodean. Son caritativos compulsivos, pero que se les vea que hacen caridad, quieren destacar en algo y darse a conocer aunque para ello tengan que pisotear al mismísimo Dios. No cumple con aquellos que depositaron su confianza y trata mal a aquellos que están en su órbita de acción. Suelen tener varias caras, dependiendo del día, la hora, el lugar, me atrevería a decir que incluso poseen en sus genes una parte femenina, que cada veintiocho días se muestra e irrumpe al exterior dejando una estela de desconcierto generalizado. Son destructivas, criticonas, les gusta obstaculizar todo lo que la gente buena intenta llevar a cabo, son crueles con sigo mismo y los demás, no tienen el don de ser y menos aun el don de estar. Son pobres desgraciados a los que la vida nunca les dio la posibilidad de ser algo más que la pobre proyección de su sombra en el sucio suelo o la cercana pared.

Tal vez conozcas a este tipo de personas, por desgracia, quizás te tocó convivir con una o varias de ellas, pero como decía mi buen amigo Quijote “que te lleve el diablo, mala persona, que a las buenas ya las deja Dios en la tierra”. Y piensa que de este tipo de gente cada vez quedan menos, por lo menos por las calles, ya que después de haber echo todo el daño que podía hacer, después de haberse envenenado con su propio veneno cierto día que se mordieron la lengua asimismo, sólo les quedó recluirse en sus casas, una tumba cavada por ellos mismos a lo largo de su vida para enterrase y dejarnos vivir en paz.